Bueno Darling… Como toda buena historia de viaje los encuentros con otros viajeros son inevitables. Es como la canción del Tri (grupo de rock hecho en mezzique) que dice: “las rocas rodando se encuentran”. Así nos encontramos en el desayunador a los dos Chinos-Taiwaneses. Los dos jóvenes no parecían orientales sino europeos incluso se presentaron como Carlangas y Luisin. Hasta ahora no se el motivo de sus mentiras, pero igual me parecieron muy buenas personas dignos de ser mencionados en este blog. También gracias con ellos conocimos a un escritor de Mongolia, el único que osaba escribir en castellano cuentos para niños, y con quien tu formaste un vinculo intelectual. Guapo el chico pero a falta de condición de maldito pronto callo en tus brazos, te hablo despacito, te miro tiernamente para comenzarte a decir que eras la mujer que siempre había buscado.
Embuste, of course, si sabes que soy un maldito y me gusta inventarme cosas, pero conociéndote desgraciada no dudo que el Mongoles se haya enamorado de vos, y ahora este metido en whisky y haya hasta abandonado la escritura. A veces me da gusto que andes re-enseñándoles la maldad a los hombres. El que se tope contigo tiene que sufrir estragos emocionales a la post-911. Y es que es tan fascinante como les alimentas sus esperanzas para después encandilarlos con tus ojos negros. Con el tiempo sufren torturas, torceduras, quemaduras, y heridas y es que maldita sos y no conoces limites para hacerlos sufrir. Por lo menos despues sabes amarlos incondicionalmente y tienen un lugar especial en la contabilidad de tus amantes. Yo aprendo de vos Darling, soy tu mas fiel admirador y yo daria todo lo que tengo para que nunca dejaras de hacer lo que haces también.
Saturday, March 14, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment