Friday, March 13, 2009

Los mudos en su mayoría son sordomudos

Sin mayor sobre saltos salimos del Maiquetia Simón Bolívar trepados en un micro, medio elegante fiel al estilo de la extravagancia sudamericana, ventanas cubiertas con cortinas de terciopelo, asientos reclinables, conductor perfumado a tope con dos ayudantes, y canciones de Chayane a todo volumen. Fue el comienzo de la bulla, del gozo, de mi experiencia por el país sudamericano más vinculado con el Caribe. Fue dentro del micro donde me volví a dar cuenta que tus paisanos cuando viajan se olvidan de la algarabía, se quedan inmóviles en cuanto entran en el movimiento del viaje. A penas si dicen algo ni el chofer habla con sus ayudantes o la madre habla con su hija que van sentadas juntas. Unos se esconden detrás de las cortinas para dormir otros fingen estar dormidos. Solo el vendedor ambulante grito algo pero se bajo del micro si ni siquiera darle las gracias al conductor en cuanto encontró la indiferencia de los pasajeros. Vos Darling y yo nunca paramos de hablar. Si molestamos a alguien nadie dijo nada. Es fácil hablar entre mudos porque no se enteran de que hablas de ellos al menos que los veas directamente a los ojos… pero igual pueden que hasta los mudos tenga la mirada en el suelo y ni si quiera se enteren que los miras.

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